Siete pilares
La casa-fortaleza

La vida espiritual de Zen Oviedo se cultiva en la casa-fortaleza: un hogar ordenado, sobrio y protegido, donde la pareja sagrada vive con recato, con horarios, con límites claros al mundo exterior y con atención amorosa mutua.

Se defiende un contacto mínimo e imprescindible con el exterior: lo necesario para trabajar, acudir al médico, comprar lo indispensable y atender responsabilidades familiares. Siempre que sea posible, estas actividades se realizan en pareja, como una forma de fortalecer el vínculo y proteger la energía compartida.

La casa-fortaleza no es un lugar de paso, sino un santuario. No se abre a visitas de amigos, conocidos ni relaciones sociales externas, salvo familiares cercanos y, ocasionalmente, miembros establecidos de la sangha. No se hacen excepciones a la ligera. La custodia del hogar exige firmeza.

También se protege el ambiente sensorial y simbólico:

  • No hay televisión, salvo usos muy concretos y controlados, con contenido previamente seleccionado.
  • Las redes sociales no se utilizan dentro del hogar, salvo por razones estrictamente necesarias.
  • La música que se escucha se elige con cuidado, evitando letras, ritmos o tonos que despierten sensualidad, nostalgia dañina o agitación.
  • No hay revistas ni libros que contradigan el espíritu del recato, ni imágenes decorativas que distraigan el corazón del propósito sagrado.

Todo esto no se vive como represión, sino como liberación del ruido, del exceso y de la fragmentación. La casa se convierte así en una morada de silencio fecundo, de energía ordenada y de belleza sobria. Se respira otra calidad de presencia. Se recupera el alma.

Esta forma de vida no es aislamiento: es protección activa del vínculo sagrado. Un espacio donde el deseo no se dispersa, el alma no se extravía y el cuerpo encuentra reposo en el amor compartido.

Y si alguien aún no ha encontrado a su ser amado, este mismo estilo de vida —con horarios, preceptos, recato y estructura— prepara un suelo fértil, entrena el carácter y dispone el cuerpo y el alma para reconocer, acoger y custodiar el vínculo cuando llegue.

Rituales diarios

Mañana:

Durante el día:

  • Caminata consciente (30-60 min), en pareja, preferiblemente en un entorno natural
  • Pequeñas pausas conscientes con gathas

Tarde-noche:

Práctica semanal

Noche del sábado:

2 ó 3 días a la semana:

  • Movimiento consciente (tipo hatha o yin yoga)
    Preferiblemente en casa. Si no queda más remedio, siempre con profesores que no sean esotéricos, en pareja y manteniendo el recato.
  • Fuerza y cardio (según nivel)
    Preferiblemente en casa. Si no queda más remedio, en un gimnasio sin estímulos sensuales (imágenes, música, pantallas…), en pareja y manteniendo el recato.

Todos los días:

  • Alimentación consciente (atención al acto de comer, a la salud y al respeto por los seres)
Encuentros

Online semanal

  • Domingos, de 19:00 a 21:00 (hora de Madrid)

Presencial trimestral

  • Sábado 16 de agosto de 2025 (Oviedo, Asturias)
Inicio

Empieza por lo esencial: el gatha del despertar, el gatha para terminar el día y el encuentro semanal online, que incluye la liturgia del atardecer. Si no puedes con eso, sé honesto: este camino aún no es para ti.



Última revisión: 31 de mayo de 2025